La tecnología nos está permitiendo evolucionar como especie a un ritmo vertiginosa, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, cuando la electrónica dio paso a nuevos aparatos, mucho más pequeños pero también más potentes. Hoy en día todos llevamos un ordenador en el bolsillo, con una potencia similar a los que los mejores PCs tenían apenas hace diez años. Los que ya tienen una edad todavía recuerdan esos monitores gigantescos, de tipo CTR, que llevaban los ordenadores hasta no hace mucho. Era un sistema muy similar al de las televisiones grandes, con mucho fondo, que además se sobrecalentaban demasiado. En las últimas dos décadas, las televisiones de pantalla plana se han ido imponiendo, por tener mejores características y dar mayor calidad a un precio muy competitivo a estas alturas. El último gran paso han sido las Smart TVs, televisiones conectadas a Internet que nos permiten disfrutar de un nuevo mundo de posibilidades online.
Con una Smart Tv podemos conectar nuestro teléfono o tablet a la televisión, pero también ver series o programas que haya en Internet, siempre que la aplicación de esa plataforma esté disponible para nuestro sistema. Las Smart TVs también nos permiten revisar nuestro correo electrónico o acceder a las aplicaciones de noticias, El Tiempo, deportes, etc… Además, cuentan con conexiones tanto por Wifi como por Ethernet, por si queremos que la velocidad sea la máxima posible. A día de hoy ya es complicado encontrar una buena televisión que no sea Smart TV, porque la gran mayoría de ellas cuentan con esa posibilidad de conexión a Internet. Da igual su tamaño o la calidad de la pantalla, la conexión Wifi siempre viene de serie, para que podamos disfrutar, por ejemplo, de nuestras series favoritas con aplicaciones como HBO, Netflix o Amazon Prime. Si necesitas cambiar tu televisión y quieres estar a la última en lo que a Smart TVs se refiere, sigue leyendo porque este artículo te interesa.
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