El mundo de la pornografía siempre genera esa interesante dicotomía entre la curiosidad y la vergüenza. Y es que todavía hay mucho tabú en torno a este tema, al tener que ver con el terreno sexual, pese a que hoy por hoy esto se ha normalizado muchísimo. El porno no deja de ser una parte del ocio sexual para muchos, una industria que mueve muchísimo dinero en todo el mundo, más ahora con la ayuda de Internet. Lo que vemos en las escenas, eso sí, no deja de ser ficción, y esto es un matiz muy importante que todos deberíamos tener en cuenta. No estamos hablando de un sexo realista, aunque para muchos lo sea, porque es, desde pequeños, la mayor influencia que han tenido en cuanto a educación sexual. Es como creer que ser policía es lo que aparece en una película de acción, con persecuciones imposibles, tiroteos y demás.
El sexo, habitualmente, suele ser mucho más normal y hasta aburrido, pero el porno no puede caer en esos dos adjetivos. De hecho, la pornografía existe para potenciar el lado más salvaje, las fantasías de los espectadores, mayoritariamente masculinos. De esta manera, lo que aparece en las escenas es un coito muy exagerado, diferente al que vamos a tener en la mayoría de ocasiones con nuestras parejas sexuales. Y no decimos que no se pueda disfrutar del sexo de esa forma, intensa y salvaje, con todos gritando muchísimo y aguantando casi una hora. Pero es lógico que los actores y actrices estén mejor preparados para llevar a cabo esas escenas, porque son profesionales del sexo. Saben cómo entregarse ante la cámara, no tienen presión, no sienten nervios, y son capaces de aguantar mucho teniendo sexo, algo que no es tan sencillo. Evidentemente, las chicas que triunfan son aquellas que mejor se desenvuelven ante la cámara, las que tienen un don para generar ese morbo y ese deseo, o poseen alguna peculiaridad como ser muy buenas en las felaciones o en el squirt. En cuanto a los chicos, siempre se dice que el tamaño es indispensable, pero también el saber aguantar y llevar una escena. En este artículo te vamos a explicar cómo se preparan los actores profesionales para grabar porno.
Lo más buscado en Internet
Aunque los datos no son demasiado fiables, se estima que el porno mueve más de 100.000 millones de dólares cada año en todo el mundo. Una cantidad que, lejos de ir menguando, parece crecer a cada año que pasa. Y es que la industria se ha adaptado muy bien a estos cambios y ha conseguido, gracias a las nuevas tecnologías, hacerse aún más fuerte y llegar a más público. Antes, el porno estaba limitado a ciertos canales a partir de la medianoche, y a las cintas de la sección prohibida del videoclub. Ahora tenemos acceso a todo el porno del mundo en la palma de nuestra mano y de manera totalmente gratuita. Esto ha provocado que cada vez se produzca más porno, tanto en productoras profesionales como de manera amateur. La falsa imagen de que cualquiera puede dedicarse a ello se ha hecho muy común, pero está claro que no es así del todo.
Las actrices, perfectas para entrar en acción
Ser actriz porno no es aparecer teniendo sexo delante de una cámara. Eso sí que lo puede hacer cualquiera, o al menos cualquier chica que no tenga muchos reparos en mostrarse. Sin embargo, las verdaderas pornstars están hechas de otra pasta, como se suele decir. Y es que al fin y al cabo, son profesionales en un arte que no es tan común: el tener buen sexo. Son elegidas por su aspecto físico, por sus peculiaridades pero sobre todo por la manera en la que generan morbo en los espectadores. Al ser ellos la mayoría de clientes que pagan por este tipo de contenido, las chicas son más populares que los chicos dentro de esta industria. Sabiendo esto, ¿cómo se prepara una actriz porno para entregarse al sexo delante de la cámara?
Los rodajes suelen ser bastante largos y comienzan a primera hora de la mañana, con la firma de los contratos. La chica pasa a maquillarse y a peinarse, eligiendo también el look que va a llevar al principio de la escena. Sí, también hay vestuario en el porno, aunque luego no vaya a durar demasiado encima de la chica. La actriz luego repasa con su compañero los diálogos, si los hubiera, y se estipula qué posturas se realizaran durante la escena. Hay ocasiones en las que los dos participantes tienen tanta confianza que se dejan llevar, y otras en las que el directo quiere un tipo de tomas muy concreto. La actriz suele también ponerse crema hidratante y ducharse antes de cada toma, incluso si hay parones dentro del rodaje entre escena y escena.
Los actores, el secreto está en mentalizarse
El papel del actor en el porno suele ser secundario para el espectador, como mero “avatar”, pero a la vez es el más activo dentro de la escena. Dependerá del estilo de escena que se esté grabando, por supuesto, pero lo normal es que sea el chico el que tome la iniciativa y esté al mando de la acción. Eso hace que la preparación del actor porno sea un poco diferente a como será la de la actriz. En el caso de los chicos, la previa a la escena suele ser más cuidadosa, con un ritual mucho más complejo que incluye a veces meditación, un buen almuerzo o cena, o la ingesta de ciertos productos que le ayudarán en su vigorosa misión. Los actores también tienen que compartir sus diálogos y concordar las posturas a realizar durante la escena.
La misión del actor porno es mantener su erección durante mucho tiempo, a veces incluso horas, algo que es muy complicado de manera natural. Cada cual tiene sus trucos, incluyendo aquellos que sirven para no llegar antes de tiempo. El cambio de postura, la concentración en otras cosas, todo eso ayuda a no bajar antes de tiempo la erección o terminar la escena pronto. Pero también se da el otro caso, ese en el que el chico no puede ponerse cachondo porque la actriz no le atrae, por ejemplo. Un buen profesional del porno encontrará la manera de conseguir una erección y filmar la escena, incluso cuando tenga que tomar algún tipo de pastilla especial para mantenerse “arriba”.
La carga psicológica del porno
La preparación para una escena no es solo física. Los actores suelen hacer ejercicio para mantenerse en forma y poder aguantar mucho tiempo ante la cámara. Es algo natural en una profesión donde el físico manda. Pero el peso psicológico de las escenas también es importante, como comprobamos cuando muchas chicas salen de la industria y comienzan a relatar experiencias durísimas. Al final son profesionales que están sometidos a mucha presión, convirtiendo el placer sexual en un trabajo que en numerosas ocasiones no es plato de buen gusto. Una actriz porno que quiera llegar lejos debe estar preparada psicológicamente para aguantar este tipo de rodajes y ser muy fuerte en ese sentido, si no desea quedarse por el camino.